viernes, 30 de abril de 2010

Mi modelo de playera por Motilio Clothing

Con eso de que Marco es bien fresa, se compró una cámara bien mamona y ahora le anda haciendo a la fotografía, colgándose en su columpio Black Diamond en las rutas de la Huasteca, pues salió esta foto muy buena hace unas semanas y ahora se convirtió en playera.
Aquí están la foto en la que se ven mis manos escalando un techito en Zona Extrema en la Huasteca.



Pueden pedir sus playeras!!!!
Para ver más material fotográfico de Motilio pueden entrar a su flickr: http://www.flickr.com/photos/motilio

jueves, 8 de abril de 2010

El mar de arena, de Ivan De Luna

Esto fue algo escrito por Ivan de Luna, mejor conocido como Gori, Goose o el Ganso. Es una historia de hace algunos años, en una aventura que emprendimos rumbo a las dunas de Bilbao en Viesca, Coahuila. Después de algunos meses haciendo decidia para terminar de escribirlo, por fin aquí está:




Extraño día, en donde el sol simplemente brillaba y las cosas parecían ser iguales a como siempre lo han sido en este lugar tan tranquilo; poco recuerdo si era verano o primavera, tal vez otoño o invierno, solo sé que hacía calor, y para ser Torreón, cualquier estación era buena para aquella descripción.

Nos adentramos en la aventura, mi amigo y yo, ir a las dunas para simplemente hacer algo, un sábado, un viernes, no se podría precisar el día puesto que todos eran parecidos por el calor, tal vez era verano.

Caminar entre la fina arena que forma las dunas, unas grandes, otras chicas, pero bastante bien escondidas en este inmenso mar seco, de soledad y de recuerdos; dunas que siguen y seguirán, doradas, onduladas y que de vez en vez, llegan a ser tan frías como los pensamientos que uno pudiera tener.

Subir, bajar, revolcarse, llenarse de tierra y de calor; el sol poco podia hacer para detener a dos jovenes aventureros, que solo buscaban diversión, solo buscaban algo que hacer, en un día, cualquier día.

Este mar de oro es más que un simple polvorón, en el se conjuntan años de diversión y tragedias, años de aventuras y aburrimiento, años de calor y frio, de insolación e hipotermia, en este inmenso desierto, todo se puede encontrar.

Poco duro la diversión, de caminar, explorar, subir y bajar, montañas inmensas de pocos metros que creaban a la razón de un joven, toda una aventura en Dakar; la aventura acababa, no porque el día viera su fin, sino porque la camioneta en la que íbamos sufría un atascón en medio de la arena; si bien las ramflas son buenas para cualquier tipo de terreno, el conductor no lo era tanto.

Derribar y cruzar montones de arena pareciera ser sencillo cuando se tiene la experiencia suficiente, o la incredulidad, según la situación de quien conduce; el verdadero aventurero llega no cuando se cruza el camino y se termina la aventura, sino cuando esta se para de repente y es necesario hacer todo lo posible, dentro y fuera de la imaginación, para permitir que ésta continúe; ese fue el caso, en que jamás, mi amigo y yo, nos dimos por vencidos para sacar nuestro pequeño pesado bote de este inmenso mar.

Empujar, acelerar, arrastrar, utilizar cualquier tipo de cosas para hacer que las llantas tuvieran tracción, cualquier combinación de pasos previamente hechos, a veces más, a veces menos, todo por el afán de salir de esta trampa, de arena que si bien no estaba mojada, pareciera ser movediza, cada intento eran unos centímetros más al fondo, un fondo poco profundo, pero que pronto se volvería imposible de dejar.

Por más extraño que parezca, después de cierto tiempo, cual Don Quijote y Sancho Panza, de la nada aparecieron dos personajes, de quienes uno no recuerdo su nombre y el otro le hacían llamar Don Vito; curiosos personajes de las cercanías de Viesca, quienes montaban sus bicicletas como los originales montaban sus caballos, y simplemente andaban, buscando algo, lo cual jamás sabremos, pero que de alguna u otra forma, llegaron a nuestra laguna a intentar ayudar.

El Innombrable, el más alto y delgado, era quien dirigía el rescate: "Don Vito, ¿cómo vez la situación?"—"Es algo complicado, pero intentemos empujar".

Seguimos intentando y explicando los métodos que habíamos usado para sacar la camioneta de tan sencillo problema.

"Don Vito, ¿qué le parece si traemos una pala?"

-"Me parece bien"

-"Vaya por ella Don Vito"

Pronto, se fue alejando Don Vito, personaje un poco pequeño y redondo, pero que rápidamente regreso de la nada, tal como llego, con una pala, para intentar ayudar.

Sacamos arena debajo de la camioneta, cavamos canales para que las llantas pudieran seguir un trayecto sin tener que esforzarse; acelerar y empujar, pronto el pequeño acorazado blanco fue libre de seguir su travesía y llegar a tierra firme, a un lugar donde no tuviera problemas para conducirse, a un lugar donde no se volvería atascar.

La aventura había terminado; Don Vito y El Innombrable se fueron no sin antes recibir algo a cambio.

"Ahí lo que guste estaría bien"

Típico dicho norteño, que denota la sencillez de las personas que habitan en esta región y su interes por tomar alguna cerveza.

Así, acabó un día más en esta región, en este lugar, lleno de tierra y tranquilidad, lleno de aventuras que solo en lo individual se pueden crear o imaginar; así acabó un día más de verano, otoño, invierno o primavera, un día más en una semana más, de aquellos tiempos en donde la vida pasaba simplemente y no ofrecía más que de lo que uno quisiera algún día llegar.



Por si quieren checar más cosas escritas por el ganso, creo que este es su blog enfocado a economía: http://mexiconomico.blogspot.com/